JUEGO, LUEGO EXISTO – ESCRIBIR EL DEPORTE
Ezequiel Fernández Moores
A 10.000 kilómetros de distancia de Madrid, donde resido, un periodista me convoca desde hace años. Resulta alentador el encuentro con Fernández Moores y sus columnas. Incluso en las escasas veces que no coincido con su opinión, lo leo con gratitud, en primer lugar por el respeto con el que trata a los lectores. Sus opiniones son firmes, pero no dogmáticas. Su interés por los datos es tan relevante como su desinterés por la demagogia.
Su estilo, sucinto y contundente, desestima la retórica en favor de una claridad admirable. Sus columnas no deleitan, exigen. Requieren que el lector abandone el confort y reflexione sobre un mundo que en muchos aspectos marcha decididamente mal. Fernández Moores escribe en las páginas de deportes, pero su pulsión periodística es universal. Trata el deporte, y fundamentalmente el fútbol, con la seriedad que merece, cualidad cada vez más infrecuente. Para Ezequiel Fernández Moores el fútbol, el deporte en general, es un asunto muy serio. No se equivoca. Tampoco se equivoca cuando nos transmite sus preocupaciones con estilo y rigor.
No conozco un periodista latinoamericano que cultive más y mejor los datos en sus columnas. Su trabajo no es fácil. Fernández Moores considera, con razón, que se está arrebatando el fútbol a la gente, al pueblo llano, y que se está utilizando a la gente con fines poco confesables. En sus columnas asoma el amor por un juego maravilloso y su rechazo a todas las formas de corrupción, violencia y engaño que habitan en el fútbol. En una época de regresión crítica y falsedades.