CAMPEONES SIN CORONA
Osvaldo AStorga
“Campeones sin corona” surgió a través de un equipo de Gimnasia y Esgrima La Plata, conducido por un avanzado como Emérico Hirschl, que en 1933 fue vergonzosamente perjudicado por arbitrajes completamente parciales que beneficiaron a dos clubes de los denominados “grandes”: Boca y San Lorenzo. Fue y sigue siendo recordado como “El Expreso”.
Me pareció siempre muy injusto que se elogiara y recordara únicamente a los campeones y comencé a recordar a algunos de los tantos equipos que “jugaban de memoria”, que priorizaban el buen juego por sobre el resultado final, que disfrutaban y hacían disfrutar a los espectadores y que, incluso, en muchos casos eran seguidos por público neutral.
Así fue que decidí incluir a “Los Profesores” de Estudiantes de La Plata 1931, cuya delantera integrada por Lauri, Scopelli, Zozaya, Ferreira y Guaita fue la más goleadora de aquel torneo con 104 goles a favor.
El gran equipo de Racing 1948, que brilló con su juego, con la delantera conformada por Salvini, Méndez, Bravo, Simes y Sued, considerada una de las mejores del profesionalismo. Una huelga originada a cinco fechas del final le impidió ser campeón, ya que debió jugar con elementos de divisiones inferiores sus últimos encuentros.
En 1951 Banfield se convirtió en la gran revelación del certamen, luchando palmo a palmo con un poderoso: Racing. Ambos compartieron el primer puesto y el equipo de “La Academia” fue campeón tras igualar 0 a 0 y ganar 1 a 0 la revancha.
En 1954, la inolvidable delantera de Independiente integrada por Micheli, Cecconato, Bonelli, Grillo y Cruz, fue convocada íntegramente a la Selección Argentina. Brillaba frente a los más grandes, como por ejemplo el posterior campeón Boca Juniors, pero, llamativamente, dejaba puntos en el camino con los más débiles.
El mejor equipo de Lanús de toda la historia se ganó el mote de “Los Globetrotters” por la excelencia y calidad de su juego, como un homenaje a aquel maravilloso e inolvidable equipo de básquet que brindaba verdaderas exhibiciones en cada una de sus presentaciones.
En 1960, el año del “fútbol espectáculo”, en el que Boca y River contrataron a los más cotizados jugadores extranjeros de aquel momento, el que realmente brindó espectáculo fue Argentinos Juniors, un equipo conformado por jugadores de la casa y por otros provenientes del ascenso.
El inolvidable Vélez de 1971, cuya delantera integrada por Bianchi, Benito y Bentrón, había sido inmortalizada como “Las tres B del gol”, brindó los mejores espectáculos y contó con el mejor jugador y goleador del año: Carlos Bianchi. Sorpresivamente perdió los dos partidos finales frente a Racing y Huracán.
En 1974 Boca se constituyó en una máquina inagotable de generar fútbol y goles. 5 a 2 a River, 7 a 1 a Argentinos Juniors, 6 a 0 a San Lorenzo. Sin embargo, su irregularidad lo privó de un título que merecía largamente por todos los elogios que acaparaba cada domingo.
Y finalmente, como no recordar al gran equipo de Huracán de 1976, que con Brindisi, Ardiles, Larrosa, Houseman y compañía, a pesar de ser el equipo que mejor jugaba y el que más puntos había conseguido, no pudo coronarse campeón debido a una ridícula diagramación y organización de aquel torneo.
Queda demostrado que el fútbol no se rige por méritos, aunque valga la pena reconocerlos.