JESSE OWENS Y LA CONEXIÓN ARGENTINA
Luis Vinker
Los Juegos Olímpicos de Berlín celebrados en 1936 bajo el régimen nazi de Adolf Hitler han sido uno de los acontecimientos deportivos de leyenda mundial. El reinado establecido por el atleta negro estadounidense Jesse Owens le dio a esos Juegos un carácter universal, quizá único en el universo olímpico, porque a diferencia de otros, tuvo el exacto punto de encuentro entre lo político y lo deportivo. Perverso de un lado, magnífico del otro. Alrededor de lo que sucedió hace 80 años en la Alemania nazi se ha escrito, filmado y contado tantas veces como lo merece este episodio en la historia, pero ahora llegó este libro, imprescindible, porque está escrito por un periodista de sangre, conocedor como pocos del atletismo e investigador de ese deporte como ningún otro que he conocido. Trabajé muchos años al lado de Luis Vinker y sé cómo sus horas libres, desde chico, fueron y siguen siéndolo dedicadas a juntar recortes, recolectar libros y seguir pistas del atletismo por todos los rincones del mundo.
Así fue cuando unos meses antes de dar a luz este maravilloso libro, Luis me llamó siguiendo una pista que sólo él podía seguir. Tenía para esta investigación sobre los Juegos de Berlín, que una posta argentina había quedado muy cerca de compartir el podio con Owens. Entre los cuatro argentinos estaba Juan Lavenás. Luis había averiguado que era un hombre del rugby, deporte que cubro como periodista, y me pidió más datos. Los consiguió antes de que yo pudiera dárselos. Efectivamente, Lavenás había jugado al rugby en el SIC y tuvo sus orígenes en Belgrano Athletic, el club de Jeanette Campbell, medalla de plata en natación en esos mismos Juegos.
El libro de Luis Vinker es un testimonio histórico, porque hay decenas de mitos alrededor de Hitler y Owens que aquí son aclarados. Y, también, está el valor técnico, que Luis, como periodista especializado, describe de maravillas. Aquí se va hasta un año antes, cuando Owens protagonizó el «día de los días», mejorando cinco récords mundiales e igualando otro en el lapso de una hora, durante una competencia universitaria en Ann Arbor.
Hay que meterse en estas páginas que siguen para entender la historia no sólo del atletismo, sino de los vínculos de la política y el deporte y, especialmente, instalarse en ocho décadas atrás. Será como estar dentro de una pelicular. Una película con hechos reales y contados como nunca se contaron. Bienvenido este libro.
JORGE BÚSICO