A LO BOCA: LA ERA DE TABÁREZ
Sergio Domínguez
Se había negado en 1982, cuando se fallaron tres penales en dos desgraciados partidos consecutivos y los animadores del campeonato, Estudiantes e Independiente, se escaparon definitivamente. En 1987, la ilusión del equipo de Menotti, que llegó a mostrar un muy alto nivel, quedó golpeando nuevamente las puertas del cielo. Dos años después, con el sello del Pato Pastoriza, un plantel jerarquizado se pinchó en la etapa final contra un arrasador Independiente.
Aquella hazaña del Parque Independencia por la Liguilla, en la mañana del Día del Padre de 1986, quedó atesorada en todos los corazones. La Supercopa de 1989 con el Cai Aimar se festejó fuerte, la Recopa de 1990 un poco menos, pero en todas las plegarias se imploraba por el título doméstico. Ese VHS de Diego, Miguelito, Mouzo y Gatti, el del Metro de 1981, que ya tenia la cinta gastada. Boca necesitaba salir campeón local.
Con ese peso, el vicepresidente, Carlos Heller, cruzó el charco para tentar a Óscar Washington Tabárez, entrenador uruguayo con algunas proezas en su placard. Seria aquella la piedra basal para una consagración única y con el más arraigado ADN boquense. Un primer semestre revolucionario que chocó de frente contra los penales y el barro de la final que se llevó Newell’s. Dos torneos siguientes que solo acumularon presión y desgaste. Un solo objetivo para el Apertura 92: ganar.
Todo iba sobre ruedas, triunfo histórico en el Superclásico incluido, pero en la fecha 14 el disyuntor bajó la térmica, luego de perder el invicto frente a Independiente. Caminando sobre el barro se llegó al histórico domingo 20 de diciembre: el sueño de toda una generación fue realidad y el nombre de ese Maestro del barrio Malvin quedó escrito en el bronce de la rica historia de Boca. Siguieron meses de disputas internas que terminó con el ciclo del entrenador que volvió a inflar el pecho del Jugador Número 12 frente a todas las cargadas de los lunes. Quizás el último «A lo Boca», pese a todo lo hermoso vivido poco tiempo después.