EL FÚTBOL ES UN JUEGO DE LOCOS
Guillermo Knoll
«Ahora, ya con el libro en mis manos, confirmé dos cosas que eran previsibles, la primera es que no se puede parar de leer, se vuelve adictivo, como una buena serie de Netflix, termina un capítulo, una locura, y uno se dice a sí mismo “uno más, el último”, y así, es posible llegar al final sin saciar la curiosidad por completo. No es sencillo conseguir eso, provocar el deseo de seguir leyendo no está al alcance de cualquiera que se lo proponga.» Fernando Pacini.