Entrevista a Matías Bauso sobre literatura deportiva

Desde Librería Fanáticos tuvimos la oportunidad de charlar con Matías Bauso, periodista y escritor argentino que en el último tiempo publicó varios libros deportivos, entre ellos, 78: Historia oral del Mundial y El deporte en el cine. Análisis, recomendaciones, detrás de escena de sus obras y mucho más para aprender sobre literatura deportiva

-¿Por qué crees que en los últimos años creció tanto la literatura deportiva?
-Durante años la literatura deportiva casi que no existía en español o en Argentina. Uno iba a países como Estados Unidos o Inglaterra y veía las paredes de las librerías llenas de libros sobre deporte y provocaba una envidia profunda. Los libros deportivos, y de fútbol en particular, se contaban con los dedos de las manos. Esto cambió más o menos en 2010 o 2011, cuando Sudamericana editó tres libros juntos que eran Ser de River de Andres Burgo, Academia carajo de Alejandro Wall y uno sobre Messi. Casi al mismo tiempo salió el de La Doce de Grabia y el de Bielsa de Roman Iucht y esos fueron los primeros libros en una editorial grande. Ese fue el puntapié inicial, desde ahí empezaron a salir muchos más títulos, sobre todo biografías. Muchos se animaron a escribir.

-¿Y antes de eso?
-Un poco antes de esto lo que mas funcionaba eran los libros de cuentos de fútbol, como los de Soriano, Fontanarrosa o Sacheri. A esto se le sumó la crónica o la biografía y ahora es todo mas nutrido. El deporte es un tema muy cercano a la gente y por eso despierta tanto interés. La única desgracia es cuando hay personajes muy interesantes que están desaprovechados. No siempre la figura del ghostwriter es lo que se necesita.

-¿Cuál es tu libro favorito dentro de la literatura deportiva?
-Tengo varios, pero puedo nombrar algunos. No te vayas campeón de Fontanarrosa, que es un gran libro de fútbol publicado en Argentina. Es jugadorista, escrito maravillosamente, lleno de ideas y conceptos. Otro que me gusta mucho, que es de boxeo, y recién ahora después de 70 años tuvo traducción en español, es La dulce ciencia de A. J. Liebling. Del mismo deporte me gustan Del boxeo de Joyce Carol Oates y Rey del mundo de David Remnick. Por último, hay que mencionar un gran clásico como Fútbol, dinámica de lo impensado de Dante Panzeri. Es el primer estudio crítico sobre el fútbol que se publicó.

-Hablemos un poco de tus obras. ¿Cómo surgió la idea de hacer un libro sobre el Mundial 78? ¿Cómo fue trabajar con una investigación tan grande que te llevó varios años?
-Ese libro surgió porque yo lo viví con mucha intensidad, era muy chiquito, tenía 6 años y ya el fútbol me gustaba muchísimo. Iba a la cancha siempre de local o visitante con mi viejo y mi hermano, y el Mundial fue como un impacto. No sabía dibujar, pero en la clase de dibujo dividía la hoja en 16 y hacía las 16 banderas de los países participantes. Con el correr del tiempo me di cuenta que había algo más allá del fútbol para contar y propuse hacer este libro. Cuando empecé con la investigación, noté que cada vez que me metía tenía que seguir averiguando cosas, y me terminó llevando más de 5 años, más de 150 entrevistas, y tuve que revisar toda la prensa de la época. Todo esto para entender el país y la manera de pensar de la gente en ese momento. El Mundial era mucho más que 38 partidos. Había que contar la preparación de la Selección (ese ciclo no estaba muy contado), el aspecto político, sociológico y el de negocios. Son todas dimensiones que tiene el fútbol y los grandes eventos deportivos.

-¿Cuál fue el descubrimiento que más te sorprendió de ese Mundial?
-Descubrí que muchas de las cosas que creemos saber del Mundial 78, eran falsas o tergiversadas. Las grandes definiciones que se repiten de memoria no son demasiado ciertas. Por ejemplo, eso que se dice acerca de que estaba prohibido criticar a Menotti. No estaba prohibido, está la prensa ahí para ver esto. Si leen los diarios y revistas se puede ver como se lo criticaba y como algunos medios hasta pedían su cabeza en el medio de la competencia.

-¿Tenes autores que tomes como referentes a la hora de escribir literatura deportiva?
-No pienso en un modelo en particular cuando escribo, pero siempre mi escritor favorito fue Borges, trato de citarlo de alguna manera para que esté presente, aunque sea camuflado. En cuando a lo deportivo, Remnick y Liebling que nombré antes. Fuera del deporte, los españoles Joaquin Vidal y Manuel Chaves Nogale son notables. Y después están todos los cronistas con los que yo crecí, que eran extraordinarios, te sabían pintar un mundo y contar una historia. Esos son los de El Gráfico de la década del 70. Yo aprendí a leer para poder leer El Gráfico. Mas cercano puedo nombrar a Ariel Scher y Ezequiel Fernández Moores.

-Desde el momento en el que publicaste El deporte en el cine aparecieron mas películas y series deportivas. ¿Incluirías alguna en el libro?
-Sí, hay algunas que son insoslayables. Creed 2 para agregar al capítulo de «88 motivos por los cuales amamos a Rocky». Hay muchos mas documentales deportivos gracias a las plataformas de streaming, hay que estudiar un poco más estos shows que siguen las temporadas de un equipo. Los que no pueden faltar ahora son El documental sobre Vilas, el de Maradona de Asif Kapadia y por supuesto The Last Dance.

-¿Por que crees que el cine y la literatura se nutren tanto del deporte para crear historias?
-El deporte y el cine son los lugares de la hipérbole, la exageración, de ir al extremo. Se llevan bien por eso. La épica del deporte merece ser contada. De todas maneras, me parece a mi que está mejor explotado en la literatura que en el cine, porque el cine tiende a elegir finales felices. Hay algo que es irrefutable, que es que es mucho mas interesante el vestuario del perdedor que el vestuario del ganador. El gran material de la literatura es la derrota, el cine a veces se olvida de eso y termina endulzando las historias. Dicho esto, a mi me resultan mucho mas interesantes las crónicas deportivas (bien escritas, que me muestran algo que yo no conocía) que la ficción deportiva.

Fuente de la foto: Clarín